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Educación y regalos

El “poder” vs “la magia” de los Reyes Magos.

En unas fechas tan señaladas como estas, es importante hablar de temas que en épocas navideñas no dedicamos el suficiente tiempo a pensar. Ahora, pasada la “resaca” del roscón, las reuniones familiares y los regalos de sus majestades de oriente, es un buen momento para hacer balence y corregir los posibles errores que hayamos cometido para los años venideros. Actualmente, hay teorías que habla de un máximo de cuatro regalos por peque. Pero ¿ese es el número correcto?¿Acaso cuatro regalos de precios muy elevados, tienen el mismo efecto que cuatro regalos de presupuesto inferior?.

Bien, pongamos dos casos: El niño/ niña que recibe el día de reyes el último modelo de Play Station, un patinete eléctrico, un móvil última generación y unas deportivas de marca. Frente a su vecino/ vecina que recibe un monopoli, un puzzle, un libro de aventuras y ropa de deporte.

Obviamente son ejemplos extremos de las dos caras de la misma moneda, pero no tan alejados de la realidad como pensamos. Cuando llega la hora de abrir regalos, encontramos todo tipo de reacciones, por lo general, los regalos provocan ilusión ,alegría, es un día de sonrisas y muchas sorpresa. Pero no siempre es así. En ocasiones, de manera inmediata, los niños y niñas muestran rechazo a los regalos, o bien porque no es lo que han pedido, o porque les ha parecido poco, o el modelo no era el exacto, y un largo etcetera de motivos que les cargan de razón y convierten este día en un conflicto familiar.

En otras ocasiones, la apertura de regalos es un momento emotivo y de gan entusiasmo, pero a corto plazo, los niños y niñas se cansan, están frustados porque de nuevo les parece poco, porque queda mucho para volver a recibir algún regalo o porque simplemente, ese regalo ya nos les gusta y les aburre.

En resumidas cuentas, estamos en una sociedad donde hay muchos casos de menores exigentes, inconformistas y con frustaciones en cuanto a regalos se refiere. Debido a esto, vamos a proponer unas pautas para poder evitar estas situaciones que cada vez son más comunes entre las familias españolas.

Aprender a escribir la carta a los Reyes Magos

Este es el punto de partida y el momento más importante para que todo salga según lo esperado. Es importante que nuestros hijos e hijas tengan opinión y muestren sus gustos y preferencias, pero no es sinónimo de que la carta tenga que ser una lista con todo lo que deseen. Sentarnos con ellos a escribir la carta es un momento muy bonito del que se puede sacar mucho partido en la relación paternofilial. Dedicarle un tiempo previo a que nos cuente todo aquello que le gustaría recibir y ayudarles a priorizar en función de lo que les pueda gustar más sin olvidar los puntos que vienen a continuación.

Valorar los juguetes y el nivel adquisitivo familiar En edades más avanzadas, es necesario que reconozcan el esfuerzo que conlleva regalar y ser regalado. No estamos hablando de quitarles la ilusión, pero sí de dar ese ápice de realismo que inlcuso a veces los propios padres olvidan y les conduce a un gasto desmesurado de dinero.

Pedir regalos que sean útiles y a largo plazo Hay regalos que por estar de moda, o por ser de marca, al hilo de lo que hablábamos anteriormente, tiene precios abusivos. A la hora de redactar la carta, tenemos que ayudar a nuestros peques a que descarten aquellos regalos que no tengan una utilidad a medio o largo plazo. Hablar de las características de los regalos que ellos piden y comprobar que efectivamente, no se van a cansar la misma mañana que lo abran.

No obviar los juegos educativos Sería muy positivo, que en la lista de regalos aparezca algún juego educativo, en el que toda la familia pudiera participar, se aprendieran contenidos culturales, o desarrollase la creatividad. Regalos que tengan un sentido y un uso con unos beneficios cognitivos y emocionales. Los niños y niñas lo disfrutarán, y los adultos comprobaremos que ha habido éxito con la carta.

Dedicar una parte de los regalos a necesidades de los menores Está muy bien darles algún capricho, pero si conseguimos que de manera autónoma, pidan algo que realmente les hace falta para el día a día, como pudiera ser: un bañador para natación porque el suyo ya está desgastado, o una mochila nueva para el cole, habremos avanzado muchísimo en la educación frente a os regalos de Navidad. Son gastos que de una manera u otra tenemos que afrontar como padres, y si ellos nos ayudan siendo conscientes de su necesidad, habremos hecho un buen trabajo.

 

Escrito por: Naza Aparicio, responsable del departamento pedagógico de IDRA Socioeducativo.

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