Ciberacoso: ¿Lo sufro? ¿Lo hago?
Vivimos en una sociedad marcada por las nuevas tecnologías, es innegable admitir que son necesarias para el desarrollo de nuestras vidas, pero debemos ser conscientes del arma de doble filo que suponen. De la misma manera que nos aportan muchos beneficios, tienen un componente muy peligroso sobre todo en adolescentes.
Muchas veces, miramos para otro lado cuando el caso de ciberacoso es obvio. Creemos que acabara solo, que se cansarán pronto, o que es “lo normal” en esas edades. Tanto si nos ocurre a nosotros como si le está ocurriendo a alguien cercano, debemos detectarlo para poder combatirlo de la mejor manera posible.
A continuación vamos a exponer información útil tanto para las personas activas, como las pasivas en este entramado que por desgracia sigue creciendo día a día. Primeramente hablaremos de casos que se consideran ciberacoso y que en muchas ocasiones pasamos por alto; y seguidamente de acosadores y sus diferentes motivos por el que lo ejercen.
He sufrido ciberacoso si…
Me han llegado mensajes en WhatsApp de número desconocidos. Los mensajes suelen ser anónimos y de mal gusto. Hay diferentes niveles, pero es ciberacoso tanto como si recibes un unico mensaje con frases hirientes como si difunden contenido privado, pasando por el chantaje y la amenaza.
Han utilizado mi cuenta de correo y mis claves sin mi permiso. Ya sea para hacer una pequeña broma como para publicar información personal. A veces la información es verídica y otras es inventada para dañar al acosado. Es acoso y además es suplantación de la identidad.
He recibido llamadas anónimas chantajeandome. En esas llamadas se suele exigir algo a cambio de infomación privada que puede dañar a la persona afectada.
Mi webcam se enciende sola. Han implantado un malware o un virus en tu dispositivo y pueden acceder a contenido privado para después ser utilizado en tu contra.
He realizado o he sido partícipe de ciberacoso si…
He intentado defender a un amigo o amiga que esta siendo acosado e intento dar al aocsador inicial de su propia medicina. El problema es que en estos casos el acosador considera que está haciendo algo bueno y que está luchando contra los malos
Si me han acosado durante un tiempo y después de ser víctima del ciberacoso decido tomar el rol contrario: hacerlo. Posiblemente en estos casos el acosador se sienta mejor, puesto que está al otro lado de la palestra, pero sigue perteneciendo a la misma red de ciberacoso y lo que estamos bucando es ponerle fin, no cambiar de roles.
He necesitado mostrar mi autoridad o mi popularidad frente a un grupo de iguales.
Me he visto envuelto en un grupo de amigos y amigas que han empezado a realizarlo. Son acosos planeados en grupo, en los cuales no todos tienen las mismas intenciones ni el mismo grado de implicación, pero TODOS son culpables del ciberacoso. En estas ocasiones buscan generar nuevos “divertimentos”, es un acoso muy peligroso.
No me considero un ciberacosador, pero he utilizado información provada y ajena de forma provocadora o hiriente de manera virtual.
Conociendo casos de ciberacoso, me he callado y he mirado hacia otro lado para que no me salpicara y después fueran a por mí.
Es muy importante detectar en qué situación te encuentras o se encuentran las personas de tu entorno. Diagnosticarlo es el primer paso de un gran camino por recorrer. Bloquear, cambiar contraseñas de vez en cuando, no usar siempre las mismas, tener cuidado a quien contamos nuestras cosas y nunca dar información personal que pueda ser utilizada en nuestra contra, pedir ayuda a padres, madres, docentes, e incluso denunciar, son algunas de las formas de luchar contra este gran problema que no deja de crecer.